Hola a todos queridos seguidores!!!
No me canso de escribir sobre Isla Cristina, un municipio onubense que en cada visita te sorprende con algo especial.
Municipio bañado por aguas atlánticas que a su vez se introducen en sus marismas, zonas húmedas, terrenos bajos y pantanosos durante la marea alta. Sus playas y su puerto son otros dos elementos que convierten a la localidad en un lugar muy, muy marinero. Sin dejar atrás sus salinas, que ya en visitas anteriores os conté de ellas.
El puerto pesquero de Isla Cristina es el de mayor envergadura de toda Andalucía, y uno de los principales de España. La especies más representativas son el boquerón, la gamba blanca, la chirla, el pulpo de roca y la sardina.
Conocer y visitar su lonja pone de manifiesto la valía del puerto, de sus aguas y los mariscos y peces que las habitan.
Es una actividad donde se traslada la importancia de la industria pesquera desde sus orígenes hasta la actualidad, explicando las principales modalidades de pesca como son el cerco, arrastre y draga hidráulica, mencionando algunos datos sobre los servicios complementarios relacionados con la actividad pesquera como es la fábrica de hielo, carpintería de ribera, coseduría de redes, y sobre todo, se explica paso a paso el procedimiento de subasta que posteriormente veremos en lonja.
En esta visita, como dije al principio y consecuencia de este ambiente marinero, me sorprende un nuevo establecimiento: Ficolumé. Situado en el puerto pesquero.
La historia de una familia ligada al mundo de las salazones. Y es en la década de los cuarenta del pasad siglo, cuando comienzan su andadura dos industriales salazoneros isleños: Fidel Columé García y Manuel Hernández Rubio. Hoy, casi 80 años después, la saga de salazoneros continúa, trabajando en Ficolumé la cuarta generación de la familia. Por el camino, muchos años transmitiendo sabiduría de padres a hijos,
Entramos en la tienda y tras un suelo de cristal transparente me he transportado a mi infancia y he recordado las arencas, aunque aquí vemos a un familiar de ellas, un barril de sardinas saladas y prensadas.
Una variedad importante de productos del mar: salazones, conservas, semiconservas delicatessen y platos gourmet listos para tomar. Deciros que con unos precios estupendos y además tienen tienda online.
Sin dejar de mencionar el expositor de piezas de ronqueo del atún, sin olvidar la hueva blanca.
Una visita muy aprovechada.
Como es costumbre comer en el Abuelo Mañas, un bar restaurante sin muchas pretensiones de estilo, pero de una calidad de estrella Michelin.
Y hoy no quisiera despedirme sin contaros una curiosidad que creo os va a gustar.
¿Sabeis como se llaman los habitantes de Isla Cristina?
Se llaman higuereteros, un gentilicio que despierta la sorpresa y la curiosidad de todos aquellos que lo escuchan por primera y no saben el origen del mismo. Para encontrarlo, es necesario remontarse al origen de este pueblo.
Por el año 1755, los primeros pobladores de la zona recogían el agua de un antiguo pozo que se encontraba al lado de una higuera en el actual paseo de las Palmeras. A esta zona de primeros asiduos que se iban estableciendo en torno al pozo y a la higuera, le llamaron La Higuerita. Cuenta la historia que fue Faneca, primer poblador de La Higuerita, quien construyó la primera casa.
Ya en el siglo XIX, en 1802, el poblado conocido como La Higuerita pasó a llamarse Real Isla de La Higuerita, nombre con el que se constituye el pueblo de forma oficial. De hecho, isleño es otro de los gentilicios con los que se puede denominar a los habitantes de Isla Cristina.
Años más tarde hubo una epidemia de cólera en el pueblo (1833-1834), en la cual intervino de forma especial con su ayuda, María Cristina de Borbón. En honor a ella el municipio pasó a llamarse Isla Cristina, el 12 de abril de 1834.
A pesar del cambio de nombre, el nombre de La Higuerita siguió estando muy presente en todos los habitantes del pueblo, hasta tal punto que se decidió adoptar el gentilicio, siendo higuereteros el nombre con el que se conocen a los habitantes de Isla Cristina.
¡Qué Aproveche!
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