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lunes, 28 de febrero de 2022

"Panquemao"

Hola a todos queridos seguidores!!!

La toña, mona, panquemao, fogaseta o fogaza (panou, tonya, cóc, fogassa o pa socarrat en valenciano) es un pan de brioche típico de la Comunidad valenciana y la Región de Murcia, que se consume prácticamente en toda la zona levantina, donde recibe nombres muy distintos según la comarca. En Semana Santa, en toda la Comunidad Valenciana y Cataluña se come la mona de Pascua que está elaborada con los mismos ingredientes, si bien lleva un huevo cocido en el centro, además de otros complementos.


Alberic, es una pequeña localidad de la Ribera Alta de la provincia de Valencia, considerada como la cuna del panquemado, avalado por los nueve hornos tradicionales de este municipio con poco más de 10.000 habitantes: Forn el Campanero, Forn Miguelín, Forn de Mínguez, Forn el Salero, Forn de Regina, Forn Moscardó, Forn Germans Durà, Forn de Ximo y Forn de Sant Roc. A diferencia de otras recetas de panquemao que se hacen a lo largo de toda la Comunidad Valenciana, la mona de Alberique se diferencia por "el caramull" que se sitúa encima del bollo (clara de huevo a punto de nieve), clara de huevo tostada, esponjosa que se se deshace en la boca nada mas comerla.

En el año 1180, cuenta la leyenda que Zahra, hija del señor de las fértiles tierras de la Taha de Alberic, Alamí, enfermó una tarde, justo antes del día de su boda. Nada podía ingerir, nada podía comer ni menos tragar. Después de buscar todas las soluciones posibles, y tras superar las suspicacias de los mandatarios, una anciana judía, Sara de Metula, ofreció un manjar desconocido hasta ese momento que le hizo sanar de inmediato a Zahra. Aquel regalo comestible mágico adquirió el nombre árabe de “la mona de Alberic” para perpetuarse en el tiempo hasta nuestros días. Según parece, el nombre de la mona de Pascua, tal y como varias fuentes señalan, proviene del término árabe munna, que significa “provisión de la boca”, regalo que hacían los moriscos a sus señores y que era sinónimo de fertilidad, esperanza y renacimiento.

Ingredientes
  • 250 gramos de harina de fuerza
  • 2 huevos
  • 50ml de leche
  • 50 gramos de azúcar
  • 1/2 tableta de levadura fresca de panadero
Para adornar
  • Azúcar mojada
  • Cuadraditos de almendra
  • Coco rallado
Preparación

Disolver la levadura en la leche templada. Mezclar los huevos con el azúcar. Añadir la levadura disuelta en la harina. Empezar a mezclar todos los ingredientes hasta lograr una masa elástica. Dejar que doble su tamaño en un lugar cálido. Volver a amasar y dejar la masa sobre papel vegetal. Cuando de nuevo doble su tamaño, añadir el azúcar mojado, las almendras y el coco rallado en la superficie. Introducir en el horno precalentado 20 minutos a 180ºC. Dejar enfriar en una rejilla.


                                                                  La mona de Alberic

Quién podría imaginar,
que la mona de Alberic,
fuese una leyenda para contar…
que ocurrió, a la hija de Alami.
Corría el año mil ciento ochenta,
su hija Zhara, apunto de casar…
por casualidad, se fue a enfermar,
pues así, la leyenda documenta.
Y fue la víspera del casorio,
un raro mal, le fue aquejar…
con el festín y el jolgorio,
al comer, nada podía tragar.
Así que sus padres apurados,
fueron llamando a los galenos…
viéndose muy desamparados…
pues tragar, cada vez podía menos.
Y se armó tan gran revuelo,
por aquella extraña circunstancia,
que una anciana con prestancia,
judía, les vino, como bajada del cielo.
Sara de Metula, cierto manjar le ofreció,
entonces, por todos desconocido…
por maravillas, Zhara, al pronto sanó…
y el musulmán quedó muy agradecido.
Y tanto y tanto, alcanzó su fama,
entre los plebeyos y los señores,
que el árabe, como manjar lo reclama,
le dio nombre y con honores.
La mona y el caramull, milagroso,
ha sido estrella en la mesa…
porque además de ser sabroso…
es curativo, como la leyenda reza.
Es una sensación muy apacible,
que nos va sanando el estrés…
comerlo con chocolate o exprés…
se nos hace imprescindible.
Aquel manjar de la época medieval,
tal vez, de reposteras judías…
a llegado a nuestros días….
en Alberic, a ser receta genial.

                                                                                                            Francisco Camps Agosto 2016

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