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domingo, 6 de julio de 2014

Heladera



Hola a todos, la verdad que tenía un poco abandonada la sección del blog, “Cacharros” y la retomo en plena época veraniega con algo que pega mucho, los helados y aquellas heladeras antiguas, que seguro más de uno recuerda, o quizás hasta alguno la puede tener en el desván de casa y porque no, de los mas tradicionales, la pueden hasta seguir usando.



Cuando yo era pequeña ocho o diez años, en casa había un aparato “ELMA” para hacer helados. Este consistía en un depósito interior con unas aspas, donde era colocada la crema o preparación de lo que luego sería el helado, rodeado y aislado con hielo en trozos con sal. El procedimiento consistía en girar este depósito mediante una manivela durante un periodo de tiempo que podía ser entre tres y cinco horas. Después de este esfuerzo, me acuerdo a todos los de casa sudando a la gota gorda, se recompensaba con una copa de helado, que con el recuerdo idílico de la infancia no he vuelto a probar.

Pues bien este es el “cacharro” que hoy os quería contar, no conservo ninguna imagen propia de aquellos eventos caseros, pero si he podido rescatar algunas imágenes a través de la Web que son las que os voy a presentar.
Fuente: Todocolección
Fuente: Todocolección

El proceso era todo un ritual y empezaba con la compra de unas barras enormes de hielo. Si, el hielo había que comprarlo en barras. Las casas, por aquel entonces, no disponían de congeladores, ni neveras que enfriaban. En ellas había unas neveras de material metálico que enfriaban a base de estas barras que se le suministraban. Por fuera estaban recubiertas de panelas aislantes que hacía más lento el proceso de descongelación de las barras y así se conservaban los alimentos. ¿Curioso verdad?.

Me acuerdo de aquella nevera de casa con nostalgia, pues la hizo mi padre, que aunque su profesión era la de farmacéutico, era un gran carpintero de afición.

A su vez, existían tiendas o más bien los llamados despachos de hielo, como puntos de venta, para esta finalidad y para aportar hielo a todo lo que era necesario, como por ejemplo el mantenimiento del pescado en las lonjas y mercados de abastos.

Paso a trascribir una noticia de aquellos años:
“La fabrica de hielo, producía hasta 120 toneladas diarias de hielo.
En la primavera de 1952 empieza a funcionar en Pescadería una estación de suministro de hielo, única en todo el Mediterráneo Sur y muy importante para la industria pesquera, denominada Frigorífica de Málaga, S.A. La estación produce hasta 120 toneladas diarias de hielo, con una capacidad de refrigeración suficiente para conservar 100.000 kilos diarios de pescado, más 10.000 kilos de congelación rápida. De las instalaciones, cuyo coste se eleva a seis millones de pesetas, sale un pasadizo de hierro que suministra hasta 30 toneladas de hielo por hora”.

Pues bien de las barras que se utilizaban para las neveras domesticas, se troceaban con una maza de madera y se obtenían los trozos para nuestra heladera.

Así pues, la compra de la pieza de agua congelada, unos diez kilos, la vuelta a la manivela durante horas, no hacían pensar en el número de calorías ingeridas de tan delicioso helado. 

HELADOS LAURI

Por aquel entonces (1952), llega a Málaga procedente de Ibi (Alicante) un joven empresario con su mujer y sus tres hijos dos chicos y una chica, y monta una fábrica y despacho de helados artesanales en un pequeño local de Pedregalejo, un barrio de Málaga. Eliseo Lauri que así se llamaba este señor, pronto se hizo con el paladar no solo de los del barrio, sino de los de Málaga entera y hasta de los de fuera  de la comunidad andaluza.
Fuente:Imagen tomada del periódico"La Opinión de Málaga"2012
 Aunque el Sr.Lauri, desgraciadamente ya no está, hace poco más de un año falleció, sigue el negocio al frente de dos de sus hijos.
El fundador junto a su hijo
Fuente:La Opinión de Málaga.2012
Sus helados son especiales, son de gustos tradicionales, y si pasáis por Málaga, no dejéis de visitar alguna de las dos heladerías que se encuentran en este barrio, una en calle Juan Valera, la primitiva y la otra en calle Bolivia.

Sus ingredientes cien por cien naturales los hacen emblemáticos. Para mi, el mejor, el helado de Tutti-fruti de fruta escarchada con trozos enormes que le dan un carácter muy personal.Los cucuruchos fabricados también por ellos son especiales,así como la granizada de limón y la horchata.

Recuerdo a sus hijos, que con mucha frecuencia, llevaban cinco cucuruchos en bicicleta a casa,y jamás se cayeron. Solo les protegía un papel de envolver y el cariño que ponían en su trabajo.

Bueno espero que os haya gustado esta entrada que como comprobareis está llena de nostalgia.

¡Qué Aproveche!








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