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jueves, 29 de noviembre de 2018

Antequera: Dulces de Convento

Hola a todos queridos seguidores!! Desde finales del mes de septiembre, pasear por Antequera, es pasear entre aroma de anís y canela. Allí se concentran los sabores de la Navidad, que con antelación, se preparan en esa rica tierra de la ciudad de Málaga.

Imagen tomada de Agro

Son muchas las personas que le dedican su tiempo a esta tarea. La comarca antequerana está íntimamente ligada a los dulces de esta época del año. En la zona existen varias fábricas y obradores especializados en la elaboración de mantecados, polvorones y otros pastelitos navideños y cuando llega el otoño comienzan a funcionar a pleno rendimiento. Destacan especialmente Sancho Melero, con una producción que rondará los tres millones de kilos de mantecados, o La Antequerana. Están también Antiguos Aguilera –hermanos y familiares de Carmen y Pilar, dueñas de San Pancracio, también involucradas en este sector–, La Perla, Sabores Caseros, Panadería Santiago, Artesanía de Antequera y Torcadul.

Pero hoy solo voy a extenderme en aquellas, que con esta tarea compaginan su vocación de clausura. Me refiero a las monjitas de dos conventos de Antequera, que sin verlas, te ofrecen los ricos dulces del momento a través de un torno, ellas son las Carmelitas Descalzas y las Clarisas.

Imagen tomada de Diócesis de Málaga
Tras los muros de monasterios y conventos se han guardado durante siglos los secretos de algunas de las recetas más antiguas de nuestra repostería.

El peso de las órdenes monásticas en la conformación de nuestra forma de comer es muy significativo. Es una realidad que, buena parte de la repostería que hoy consideramos tradicional, aunque no vinculada ya a los conventos, tiene su origen en ellos. Y es probable que otras tradiciones gastronómicas (en relación con el vino, el queso, pastelones y timbales, etc.) salieran originalmente también de los pucheros del claustro.


Llegamos hasta el Convento de San José, en la plaza de las Descalzas de la localidad. Aquí, las religiosas de la orden de las Carmelitas Descalzas, preparan bienmesabes, polvorones, roscos, mantecados de aceite, alfajores y, sobre todo, una exquisita torta de polvorón llamada El Antequerano, un producto muy reclamado que las monjas elaboran a partir de una antigua receta que atesoran desde el siglo XVII. Las Descalzas fundaron este convento en el año 1632 en Antequera, bajo el patrocinio de doña María de Rojas y Padilla. La fachada de su iglesia es genuina representación del barroco antequerano y en el interior hay un interesante Museo Conventual.

Bajamos por la calle de Belén a unos quinientos metros de las Descalzas en busca del Convento del mismo nombre, de las religiosas Clarisas.

Hay tres visitas obligadas al llegar a la iglesia conventual de Belén en el barroco y religioso barrio de Santiago: el Santísimo, la Virgen de Los Dolores y el torno de los dulces de las clarisas.


Único templo que mantiene anualmente la exposición del Santísimo pública a diario, así como esas procesiones íntimas hacia el camarín de la Virgen de los Dolores. Y tras volver al patio, el olor a dulces tradicionales, nos lleva al torno conventual, donde durante todo el año, endulzan nuestras comidas y reuniones.


Las Religiosas Clarisas ocupan este convento en el siglo XIX. Antes perteneció a los Carmelitas Descalzos. De su templo, del siglo XVII, destaca la riquísima decoración de yeserías barrocas, fondeadas de azul, de las más antiguas del conjunto antequerano.

La tranquilidad y el silencio que emana de los conventos de clausura y de unas manos artesanas envuelven de aroma celestial las calles de Antequera cada Navidad.
¡Qué Aproveche!

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