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sábado, 26 de marzo de 2016

Capitulo XIV

CAPÍTULO XIV
UNA NUEVA ETAPA


LA EPIDEMIA DE POLIO: EDIFICIO GARCÍA DEL OLMO
La poliomielitis es una enfermedad contagiosa e históricamente devastadora que fue erradicada en el hemisferio occidental en la segunda mitad del siglo XX. Aunque la polio ha afectado a los seres humanos desde la antigüedad, el brote más importante tuvo lugar en la primera mitad del siglo XX. Su historia comienza hace aproximadamente 3.000 años. Ya en un grabado del antiguo Egipto se puede vislumbrar a un sacerdote con una atrofia severa en una pierna que probablemente, fuese consecuencia de una poliomielitis.
La polio es una enfermedad viral que no presenta síntomas en el 95% de los casos (polio asintomática). Entre el 4% y el 8% se pueden apreciar síntomas (polio sintomática) adquiriendo tres formas según la intensidad de los mismos: una forma leve denominada polio abortiva como una especie de gripe con fiebre, dolor de garganta y una sensación de malestar general; una forma más seria asociada a la meningitis aséptica denominada polio no paralítica (entre el 1% y el 5%, presentan síntomas neurológicos, como sensibilidad a la luz y rigidez de cuello); y por último, una forma grave y debilitante denominada polio paralítica (entre el 0.1% y el 2% de los casos).
Las personas que padece polio abortiva o polio no paralítica suele recuperarse por completo, sin embargo, la polio paralítica, como su nombre indica, causa parálisis muscular y puede incluso ocasionar la muerte. En la polio paralítica, el virus abandona el tracto intestinal y se introduce en la sangre, atacando las fibras nerviosas, afectando así a los nervios que controlan los músculos de las extremidades y respiratorios, causando dificultad en la ventilación y parálisis en brazos y piernas.
En 1952, en plena epidemia de la polio, se registraron casi 60.000 casos con más de 3.000 muertes solo en los Estados Unidos. Sin embargo, con la difusión de la vacuna, la polio salvaje, o polio producida por infección natural, se erradicó en los Estados Unidos en 1979 y en el hemisferio occidental, en 1991. Aunque la polio aguda suele durar menos de 2 semanas, el daño nervioso podría durar toda la vida. Antes, algunos pacientes con polio no recuperaban nunca la función total de sus extremidades, que parecían marchitarse. Aquéllos que se recuperaban completamente podían desarrollar el síndrome post-polio incluso 30 ó 40 años después de haber contraído la enfermedad.
Hecha esta pequeña introducción, Málaga no se salvo de la epidemia de los años 50. Entre los afectados se encontraba el hijo del secretario del gobernador civil. El gobernador civil Sr. García del Olmo, propició bajo la dirección del Dr. Don Alfonso Queipo de Llano y Buitrón un edificio dentro del Hospital como Centro de Reeducación Infantil para niños de polio.
El 18 de julio de 1952 a las ocho y media de la tarde en presencia de las primeras autoridades malagueñas se procedió a la colocación de la primera piedra de este edificio cuyo presupuesto ascendía a tres millones treinta y seis mil trescientas pesetas con setenta y cuatro céntimos, sobre un proyecto del arquitecto don Juan Jáuregui Briales.
Las prestaciones asistenciales que se pretendían con el centro eran las siguientes: servicio de rehabilitación, hidroterapia incluida piscina climatizada, salas, quirófanos, taller y técnico de ortopedia y además la educación escolar de los niños y la escuela de formación profesional para así lograr su integración social.

Fuente:Facebook.Comunidad Pabellón Infantil Garcia del Olmo
Este ambicioso proyecto no fue bien aceptado por el hospital que tuvo la intención de compartir el edificio con otras áreas asistenciales de pediatría. Quedo pues dividido en dos plantas, la baja con la finalidad inicial y la alta para el cuidado de niños con otras patologías. Esta división de funciones tuvo como consecuencia la perdida de la ergoterapia, taller ortopédico y formación profesional, proyectadas inicialmente.
En mayo de 1956 fue inaugurado el edificio, que se llamo “Centro de Reeducación Infantil García del Olmo” por el Jefe del Estado, General Francisco Franco.
Sobre una superficie de 5.670 metros cuadrados y 2.170 construidos, disponía de una capacidad de 52 camas distribuidas en salas con diferente número de ellas. Contaba con doscientas plazas ambulatorias de las cuales 50 eran para mediopensionistas.
La plantilla asistencial estaba constituida por tres médicos cirujanos ortopédicos, cuatro ATS, cinco fisioterapeutas, cinco maestros nacionales, cuatro hermanas de la caridad, además, médicos compartidos del hospital de las especialidades de neurología, pediatría y medicina interna, igualmente se disponía de personal subalterno.
La cobertura asistencial estaba destinada a niños de ambos sexos desde pocos días a quince años de edad afectos de la enfermedad. En 1956 estaban contabilizados 1.542 pacientes de los cuales 1.346 gozaban de régimen ambulatorio. En cuanto a gastos económicos referidos en la misma fecha, estaban estimados en 9.000 pesetas por mes para los internos, 4.500 para los mediopensionistas y de tres mil pesetas para los externos.
En 1956 el hospital establece el primer concierto con el seguro obligatorio de enfermedad, establecido con este pabellón en las áreas de rehabilitación y cirugía ortopédica infantil.


DR. DON JOSÉ CAFFARENA SOLA: LA RESPONSABILIDAD DE SUCEDER AL DR. GALVEZ
Era difícil la elección de un nuevo director para el hospital, cuando el anterior había sido una persona con tantas cualidades, científicas, humanas y religiosas. Pero la Diputación de Málaga en esta ocasión acertó con el nombramiento del Dr. Don José Caffarena Sola, el 23 de Mayo de 1952.
Formado en el Hospital Civil bajo la dirección de los Dres: Ruiz de la Herranz y Jauregui, terminó sus estudios de licenciatura en 1916, ingresando en el centro hospitalario el 11 de Mayo del año siguiente.
Gran cirujano, desarrolló una magnífica labor durante la Guerra Civil a pesar de sus cuarenta y cinco años y una casa de familia numerosa que tuvo que abandonar. Pero siguió avanzando en otros campos de la medicina: traumatología, fisiología, medicina social, y si hoy lo tuviéramos que definir lo llamaríamos: “un gran internista”.
En el momento de su nombramiento para desempeñar la dirección del centro, era jefe de servicio de la especialidad de: “Corazón y Pulmón” en el Sanatorio Obra 18 de Julio. Tomó posesión el día once de junio de 1952, ejerciendo como director hasta el 19 de febrero de 1956.
UN NUEVO REGLAMENTO
En 1956 se establece una nueva reestructuración del hospital, de acuerdo con la edición de un nuevo reglamento de régimen interior, que cumplimentaba el artículo 4º, Capitulo1, Titulo 1º del Decreto de 27 de noviembre de 1953 (B.O.E de 9 de abril de 1954).
Mediante esta nueva normativa se establecían los diferentes servicios y categorías sanitarias dentro de los Establecimientos de Beneficencia que dependían de la Excma. Diputación Provincial y que en este momento eran en Málaga: El Hogar Provincial Ntra. Sra. de la Victoria, La Casa Cuna de San José y el Hospital Civil Provincial.
Los servicios médicos del Hospital Civil San Juan de Dios, estaban distribuidos en 12 secciones: Medicina, abarcaba a su vez, medicina interna, pediatría, tisiología, cardiología, aparato digestivo, enfermedades infecciosas, y hematología y hemoterapia. La correspondiente a Cirugía comprendía: cirugía general, traumatología y ortopedia, urología. Las demás secciones eran neuropsiquiatría, obstetricia y ginecología, otorrinolaringología, oftalmología, dermatología y venereología, radiología y electroterapia. El laboratorio que a su vez se dividía en dos, bioquímica y bromatología juntos, bacteriología y anatomía patológica, juntos también. Por último las áreas de estomatología, puericultura y medicina escolar.
El cuerpo médico estaba integrado por los Profesores de Sala, los Jefes de Servicio y el Decano. El “Profesor de Sala” era un medico de la Beneficencia Provincial que ingresaba por oposición a nivel nacional. Era el responsable de cada una de las enfermerías o salas hospitalarias, que reunían una media de 30 camas. Esta figura coordinaba a todo el personal adscrito a la misma e incluía las amonestaciones pertinentes si era necesario. Entre sus atribuciones estaba la visita diaria a los enfermos antes de las doce de la mañana, y era obligación de todo el personal de enfermería acompañarle en cortejo. Esta función no la podía realizar otro médico a no ser que fuera una sustitución oficialmente reconocida. Las visitas en turno de tarde eran potestativas de dicho profesor. Una vez pasada la sala, el profesor emitía un parte firmado al Jefe de Servicio. También era el responsable del buen hacer de las historias clínicas, tarjetas estadísticas, y dictar al frente de cada paciente su diagnostico, su plan dietético, así como su tratamiento, tanto medico como la posibilidad quirúrgica. Disponía de acuerdo con el profesor implicado el posible traslado del paciente a otra sala. Cumplimentaba todos los formularios de remedios y alimentos que así lo exigieran. Los profesores de las salas de cirugía también realizaban las intervenciones quirúrgicas que se pudieran producir de forma urgente, siempre que los médicos de guardia no tuvieran alcance para realizarlas.
De igual forma era de su competencia, el traslado urgente de cualquier enfermedad infecto-contagiosa que se produjera en su sala. Por último informaba semestralmente al Jefe de Servicio con una memoria de actividades.
Tal era el protagonismo de los Jefes de Sala, que eran como los dueños de sus pequeños reinos de taifa, hasta tal punto que a las salas en lugar de llamarlas por la especialidad que se tratará se les llamaba por el nombre del profesor asignado. Así eran las salas de “don Fulano o don Mengano”
El nombramiento de “Jefe de Servicio” se conseguía de entre los profesores de sala que llevaran sin interrupción más de cinco años trabajando en centros benéficos sanitarios de la Diputación Provincial. Los mismos tenían que solicitarlo y se resolvía mediante concurso de acuerdo a un baremo que comprendía la siguiente consideración: por cada año de trabajo en centros benéficos, un punto, doctor en medicina dos puntos, premio extraordinario de licenciatura tres puntos, premio extraordinario de doctorado cuatro puntos. Si resultaba desierta la plaza mediante este concurso de méritos, se convocaban oposiciones de entre los mismos. En este momento las jefaturas de servicio eran siete, correspondientes a medicina, cirugía, neuropsiquiatría, obstetricia y ginecología, otorrinolaringología, especialidades y laboratorio.
Los “Jefes de Servicio” constituían el eslabón de comunicación entre los profesores de sala y la dirección del hospital, sobre cada uno de los componentes asistenciales de funcionamiento, necesidades y propuestas de mejora. Además eran los responsables de redactar un informe semestral a la dirección relativo a valores estadísticos, iniciativas, plan de mejora, aplicación de nuevos recursos terapéuticos y logros obtenidos.
El “Decano”, era una figura nombrada por la Diputación Provincial entre los profesores de sala que contaran con más prestigio y con un ejercicio profesional de al menos quince años, como médico de la Beneficencia provincial. Entre sus funciones estaban el velar por el buen funcionamiento del establecimiento y autorizar licencias y permisos a los profesores de salas y demás personal técnico que lo solicitaran. También era el responsable de la selección de trabajos científicos para su publicación, así como de organizar sesiones y cursos de la misma índole.
En el transcurso de su historia el Hospital Civil ha tenido en orden cronológico a los siguientes decanos: don Sebastián Pérez Souviron, primer decano del Hospital Civil Provincial, don José Gálvez Ginachero, durante dos periodos desde 1925-1936 y de 1937 a 1952, don José Caffarena Sola, que fue decano durante la década siguiente, el Dr. Bustamante Pinto desde 1962 a 1964, don Eduardo Jáuregui Briales desde 1964 a 1972, don Eduardo Franquelo Ramos, desde el 72 al 76 en el que se jubilo, y por ultimo don Diego Carrillo Casaux que solo permaneció en el cargo un año, cesando del mismo a voluntad propia.
El “Director” del Hospital era igualmente nombrado por la Diputación Provincial, trasladaba  todos los problemas y necesidades al Decano que a su vez los planteaba a la Diputación. Era el representante del decano y ejercía las funciones que este le delegara.
Por último estaban los “Médicos Becarios”, mediante este reglamento (1956) se crearon catorce plazas entre las distintas especialidades, seis para las médicas, cuatro para las quirúrgicas y cuatro para obstetricia y ginecología.
Los médicos becarios eran designados por la Diputación Provincial mediante concurso de méritos, tras valoración del Decano de la Beneficencia Provincial y dos Profesores de Sala designados por la Corporación. Se valoraban aparte del expediente académico, título de doctor, premio extraordinario, publicaciones científicas. Acompañándose de una prueba escrita de acceso.
Los médicos becarios, sin derecho a escalafón, no podían permanecer en el hospital más de cuatro años y el sueldo inicial era de seis mil pesetas al mes, sin ningún tipo de cotización. Estos realizaban el trabajo de a pie del hospital y trabajaban de forma muy dura. Eran sus tareas, realizar las guardias, cumplimentar los ingresos, certificar las defunciones, velar por las medidas de asepsia de la sala, ayudar en las intervenciones quirúrgicas al profesor cirujano , o al profesor medico de la sala a la que estaba designado, llevar un libro de registro, acudir en horas de guardia allí donde hiciera falta.
Esta situación orgánica del hospital se mantuvo hasta el año 1973 en que se realizó un nuevo concierto entre Diputación Provincial y Seguridad Social que abarcaba a todo el hospital.
DIRECTORES DE ESTE PERIODO 1956-1973
Fueron tres los directores que estuvieron al frente del hospital en este periodo: los doctores, don Manuel Pérez Brayan, desde el 22 de marzo de 1956 hasta que de forma repentina le sorprendió la muerte en 1958; don Francisco Fernández Mugüerza, desde el 22 de mayo del 58 al 29 de febrero del año 1960, y don Eduardo Franquelo Ramos desde el 22 de abril del año sesenta, hasta el 29 de julio de 1976.
DON MANUEL PÉREZ BRYAN, fue director del Hospital Civil, los dos últimos años de su vida, después de haber sido Presidente de la Diputación (1939-1941), Alcalde de Málaga (1943-1947), Presidente del Colegio de Médicos (1948-1958), Presidente del Ateneo de Ciencias Médica (1936), Presidente de la Hermandad de San Cosme y San Damián.
Natural de Málaga curso estudios de medicina en Granada, siendo compañero de aula del médico escritor don Gustavo García Herrera, que lo describió en más de un texto, por sus grandes cualidades tanto científicas como humanas.
Hombre tremendamente trabajador, se colegió en nuestra provincia en noviembre de 1924 con el numero 92, tras oposición ingresó en el cuerpo médico de Beneficencia Provincial, siendo profesor de sala del Hospital Civil desde 1927.
De su etapa como alcalde destaca los esfuerzos en proseguir la obra de continuidad del parque con la Alameda consiguiendo un crédito para poder realizarla. Nada mas llegar al ayuntamiento revisa el sueldo mísero de los empleados y logra subirlo a pesar de lo precario en esos años de las arcas municipales.
En Abril de 1941, se produce en Málaga un brote de tifus exantemático, como ya se ha comentado, con 1619 casos, esta epidemia cesa en el mes de septiembre, pero es motivo para que Pérez Brayan, deje la presidencia de la Diputación Provincial, pues según sus palabras, “Un médico no debe ocupar cargo público alguno en tiempo de epidemia, pues solo debe dedicarse al cuidado de los enfermos”.
El 23 de Enero de 1951 se celebró en Málaga el I Congreso Medico del Sur con una asistencia de 450 médicos de toda España. También de debe al Dr. Pérez Brayan este evento.
A pesar del paso de los años, siempre se recordará en Málaga a Dr. Pérez Brayan, como así lo hizo el periodista Arturo Canales Castañaga en el periódico Sur del 4 de Julio de 1981, con su artículo “Balada para tío Manolo”, donde relata el perfil de tan insigne médico.
DON FRANCISCO FERNÁNDEZ MUGÜERZA, nació en Coin (Málaga) un 17 de Febrero, cursa sus estudios de licenciatura en Madrid concluyéndolos el 27 de noviembre de 1914.Fue profesor de sala de Otorrinolaringología del Hospital Civil mediante oposición celebrada el 16 de octubre de 1933.
Gran medico y gran persona dedicada por completo a la atención de los enfermos durante un periodo de 53 años de vida profesional. Ceremonioso, elegante, maestro, ganador de respeto y admiración.
Durante el periodo comprendido entre el 22 de mayo de 1958 y el 29 de febrero de 1960 fue director del hospital. Jubilándose el 22 de marzo del mismo año.
DR. DON EDUARDO FRANQUELO RAMOS, nació en Málaga el 29 de julio de 1906.Curso los estudios de licenciatura en Madrid donde se licenció el 30 de octubre de 1930, obteniendo más tarde el grado de doctor el 22 de junio de 1933.Trabajo durante varios años en clínicas europeas de Alemania y Suiza, especializándose en aparato digestivo. Ingresó en el cuerpo de Beneficencia Provincial en 1942, siendo profesor de sala desde 1954. En 1972 fue nombrado Decano de la Beneficencia, como ya se ha mencionado en este texto.
El Dr. Franquelo en sus últimos tres años de dirección va a vivir una nueva etapa del hospital que trataremos más adelante, con el nuevo concierto con la Seguridad Social.
El concepto de sala de los hospitales del siglo XIX, va perdiendo en este momento su estructura abierta, dando paso a los principios de la ubicación individual del paciente. Don Eduardo Franquelo realizó dentro de cada sala una separación parcial entre las camas dando así mas intimidad al enfermo. De igual forma en cada sala se reservaría un espacio aparte para los pacientes que necesiten algún cuidado especial.


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