Aquí tenéis,mi introducción para después ya entrar en el contenido del libro.Gracias a todos
INTRODUCCIÓN
El
Hospital Civil Provincial San Juan de Dios siempre estuvo en mi vida: primero
de niña, cuando las monjas del Colegio de la Asunción nos llevaban a
hacer compañía a los enfermos los domingos como obra de caridad; más tarde,
como estudiante de la primera promoción de la Facultad de Medicina de
Málaga; luego, como médico becario en el Servicio de Hematología, y por último,
como hematóloga en el Centro Regional de Transfusión Sanguínea, donde creo que
me jubilaré.
Mis
pequeños logros y mis grandes fracasos han transcurrido entre los muros de este
edificio, en las distintas etapas de mi formación como profesional. Recuerdo en
una de sus salas a una mujer joven, pero de aspecto avejentado, que
literalmente unía la cabeza a sus pies como si de una pescadilla enroscada se
tratara, debido a su gran escoliosis; a aquellas primeras exanguinotransfusiones, con el llamado “molinillo”
para el recambio sanguíneo de los recién nacidos, y los primeros trasplantes de
sangre de cordón umbilical para enfermos con leucemia.
El
interés por el hospital me llevó a leer, buscar y estudiar cuanto estuviera
relacionado con él para agrupar y publicar algún día todo lo encontrado. De
esta manera, he dado forma a los datos y hechos recopilados sobre la historia
del Hospital Civil desde su fundación por los Reyes Católicos hasta su momento
actual.
Cada
detalle del hospital me animó cada vez más, y escribir sobre él se convirtió en
una tarea apasionante que dio alas a mi decisión inicial. Un día de gran
satisfacción en esta andadura fue cuando encontré en el archivo Díaz Escovar uno de los pocos ejemplares que existen de
un pequeño libro, castigado y curtido por el tiempo, que fue la llave de la
puerta que me introdujo en el ayer de este edificio: “Memoria sobre el Hospital
de Málaga”, de don Manuel Casado y Sánchez de Castilla, médico y mecenas del
hospital del siglo XIX. Este texto me sirvió de hilo conductor para hilvanar su
pasado en la primera etapa de esta aventura.
Mi carácter de persona algo introvertida y poco conversadora se
plasman en mi forma de escribir, siempre intento sintetizar y expresar mis
ideas en frases cortas, a veces de contenido telegráfico. Esto aunque he
intentado corregirlo en parte, me ha llevado en alguna ocasión a más de una
lágrima con mi corrector. Al no ser profesional de la escritura ni de la
historia, seguro que habré cometido errores. Disculpas a quienes los
encuentren.
En
este recorrido a lo largo de su historia, que me llevó más de cuatro años de
investigación, he encontrado fuentes importantísimas sin las que no hubiera
podido hacer nada, y a las que aquí quiero nombrar y mostrar mi agradecimiento:
el manuscrito del Sr. Alcalá Jiménez, no publicado, que se encuentra en la Biblioteca Cánovas
del Castillo de nuestra ciudad; la tesis doctoral sobre los “Hospitales
Malagueños en los siglos XV-XIX”, de doña María Dolores Fernández Mérida; la
memoria inédita de don Enrique Queipo de Llano y toda la documentación que me
facilitó, y por último, “Los Médicos de Málaga”, de don Gabriel Prados,
director de la biblioteca del Colegio Oficial de Médicos.
Mi
más sincero agradecimiento a don Guillermo Narbona Márquez, pintor de cada uno
de los rincones de Málaga, que supo poner color y luz a esta historia, sin
olvidar nuestra agradable conversación sobre aquellas cosas del hospital que no
se encuentran en los libros.
Quisiera
expresar mi reconocimiento a todas las personas que desinteresadamente me
ayudaron en esta tarea especialmente a Gonzalo Cisneros Garcés, María Pilar
Sánchez García-Camba, Cecilia Collado, Luis y Alicia Alcalá Gutiérrez, Agustín
García Mendoza, Josefa García Sánchez viuda de José María Carralero, Juan
Bautista Heredia Cuevas, M. Ángel Olalla Herrera, Ana María García Martín, Juan
Antonio Piña López, Manuel Molina Gálvez; todas aquellas que aunque no cito,
sin ellas no hubiera sido posible la realización de la misma. Mi encuentro con
cada uno, además de ser una fuente de conocimiento sobre el hospital ha sido
también una gran experiencia de enriquecimiento personal.
Por ultimo nombrar y agradecer a
Francisco Javier Guijarro Hernández, profesional de la comunicación, que con
sus correcciones hizo más entendibles mis ideas.
MCarmen Hernández Lamas
CONTINUARÁ. . . . . .
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